PARAGUANA,
REAFIRMACIÓN DE NUESTRA IDENTIDAD
Hoy, cuando conmemoramos 515 años de aquel 9 de agosto de
1499, día de San Román, en el que Alonso de Ojeda acompañado de Américo Vespucio
y Juan de la Cosa avistan, como “adelantados” representantes del poder colonial
español, las costas de la península de Paraguaná específicamente el luego
llamado Cabo de San Román y nuestro imponente Cerro de Santa Ana; no fue un
hecho fortuito, ya en su tercer viaje, en representación del reino de Castilla
y Aragón, Cristóbal Colón había pisado nuestra tierra en el Puerto de Macuro al
oriente de lo que hoy es nuestra Venezuela el dos de agosto 1498, espacios de
invalorables riquezas y bellezas naturales a los que Colón llamo “Tierra de
Gracia”; Los viajes de Colón estaban refrendados jurídicamente por las
capitulaciones de Santa Fe firmadas el 17 de abril de 1492 contrato con el que
pretendió el poder colonial español buscar rutas para expandir el comercio con
la región oriental del mundo pero se encontró con la sorpresa de estas ricas y
hermosas tierras habitadas por nuestros aborígenes.
A
estos hechos y los sucesivos que marcan la intervención española en este
continente y que perduró por más de 300 años la historiografía tradicional le
ha denominado descubrimiento, conquista y colonización pero han surgido posiciones cuyas tesis se desmarcan de esta visión Eurocéntrica y colonialista como el
caso de Eduardo Galeano en “Las Venas Abiertas de América Latina” (2.000) en la
que sostiene y expone con detalles que América no fue descubierta ni
conquistada sino invadida y saqueada,
exterminados nuestros antepasados indígenas y expoliados sus recursos y valores
culturales, así lo denuncio también el presidente Chávez en la histórica XVII
Cumbre Iberoamericana el 10 de noviembre
de 2007 celebrada en Santiago de Chile y la respuesta que obtuvo, con
intencionalidad silenciadora, fue el “porque no te callas” del hoy abdicado Rey
de España Juan Carlos de Borbón.
Es
un hecho histórico innegable que el 9 de agosto de 1499 marca un hito en la
historia de Paraguaná, la presencia de los españoles signan un antes y un
después; nuestros antepasados indígenas caquetios, entre ellos los Amuays y los
Guaranaos, poblaban estas tierras viviendo armoniosamente en aldeas como Moruy, Cayerua, Cocodite, Jurijurebo, Miraca,
Tacuato, Yabuquiva, Jadacaquiba, Dabadubare, Adicora, Baraived, Charaima,
Buchuaco, Maquigua, Adaure, Maicara, Guacurebo, Jacuque, Guacuira, Cocodite,
Buenevara, las Cumaraguas, Curaidebo y Carirubana, entre otras (González, 1984),
convivían en fraternidad con la
naturaleza y entre ellos mediante un modelo de convivencia comunitario autárquico
o autosuficiente (Hernández, 1984) en el que vivían libres y dedicados a actividades de domesticación de
animales, la caza y la pesca con técnicas
originales como el cegamiento nocturno de los
peces o “cuabeado” mediante grandes hogueras y el salamiento del pescado
para su mantenimiento (conocían las propiedades preservativas de la sal) para lo cual se establecían en rancherías a
orillas del mar, así como la agricultura de riego de maíz, millo, la yuca y la batata en conucos (con agua
proveniente de las escasas lluvias que almacenaban en estanques), utilizaban el
algodón para vestimenta y fabricaban chinchorros, en años de sequia los
indígenas no abandonaban la península sino que se establecían temporalmente en
la costa donde abundaba el agua de manantial y agueyes de agua dulce, esa era la sana vida, en convivencia ecológica con la naturaleza, de
nuestros ancestros en Paraguaná
denominación que, en dialecto caquetios, significa conuco entre el mar.
El
arco y la flecha, la macana y la lanza eran sus armas de caza y defensa, se han
encontrado restos de cerámica, alfarería, conchas marinas y manifestaciones de arte
rupestre o rastros de actividades cotidianas
o imágenes que han sido grabadas o pintadas sobre superficies rocosas,
petroglifos o grabados milenarios, los
caquetios han dejado plasmadas en piedras y paredes rocosas, innumerables
representaciones de animales, plantas u objetos, escenas de la vida cotidiana,
signos y figuraciones geométricas y otra obras consideradas entre las más
antiguas manifestaciones de su destreza y pensamiento.
Nuestros
antepasados reflejaban mediante la pintura y el grabado en piedras, una gran
parte de sus vivencias, pensamientos y creencias que nos señalan la cultura,
política y economía de los caquetios, tales rastros han sido encontrados en el
Cerro Santa Ana, tal como lo detalla con minuciosidad Acacio en su obra Piedras
Parlantes de Paraguaná (2013) y en las
costas del Supi - Adicora en los que se
observan símbolos espirales, rostros cuadrangulares círculos concéntricos y
círculos radiados con manifiesto predominio de figuras antropomorfas y estilos
grabados en bajorrelieve (Morón, 2007) que expresan la creatividad artística y
espiritualidad de nuestros ancestros, estos fragmentos han sido hallados en donde existieron asentamientos indígenas y
son manifestaciones culturales que
expresan de manera muy sintética
el reflejo de su capacidad intelectual para abstraer y representar su
realidad; en la actualidad muchos
pueblos paraguaneros conservan tanto
topónimos indígenas y gentilicios como nombres de pueblos, caseríos y apellidos
de sus habitantes y, en parte, sus
tradiciones.
Es pertinente resaltar que la región
Paraguanera eventualmente ha sido víctima de terribles sequias que han obligado
en ocasiones a su población a emigrar o buscar alternativas de proveerse de
agua como es el caso de aquel fatídico años 1912 que trajo desolación a nuestra
península sucesos narrados magistralmente por el historiador autodidacta Marcos
González Céspedes en “Animas del Hambre, huellas de una tragedia (2013)”.
Luego
de la ubicación de la región Paraguanera se inicia la explotación de sus
recursos naturales y la reducción y venta de sus pobladores en condición de
esclavos sometiéndolos a trabajos forzados, comerciándolos internamente o exportándolos a Santo Domingo y
Cubagua (Navascues y Lopez,1997) a pesar
del carácter de pacíficos de nuestros antepasados, pero la rapacidad
mercantilista sobrepasaba todo tipo de consideraciones humanas por parte de los esclavistas españoles y
alemanes como es el caso de los Welser bajo cuyo gobierno (1528 – 1546) los indígenas
caquetios casi fueron exterminado.
En
este orden de ideas tal como lo refiere González (Óp. Cit. P. 30) con el
despojo de las tierras a los indígenas paraguaneros fue legitimado el
latifundio por medio de figuras legales
para los españoles, pero fraudulentas en esencia, como las llamadas Mercedes, Conformaciones
y Composiciones de Tierras con el fin de legitimar la propiedad territorial (González,
Óp. Cit. P. 30) y el sometimiento indígena
a la esclavitud y desarraigo
cultural por medio de las llamadas servidumbres
(Encomiendas y Repartimiento); una forma de legalizar la ocupación ilegitima de
las tierras de nuestros antepasados dio
origen a el trasiego, la compra y venta de tierras y la multiplicación de la
figura de aderechados en el seno de grandes posesiones de tierras (al analizar
la cadena titulativa se evidencia el derecho a la propiedad originaria colectiva indígena de estas tierras), (Pérez, 2006)
procesos fraudulentos
justificados con la calificación de tierras realengas o de propiedad de la
corona española no otorgadas por Mercedes o por Composición de Tierras, no
ocupadas por otros particulares ni por los indígenas naturales, mientras
nuestros antepasados eran confinados en reducciones o resguardos indígenas, los
llamados Hidalgos o Caballeros (como ellos se calificaban) de raza española se apropiaban de sus tierras
generando una sociedad discriminada
en castas.
Con
respecto a la educación colonial era obligatorio el carácter religioso de la educación regida
por la iglesia católica mediante la evangelización, la imposición del idioma, religión
y costumbres y su sometimiento por medio del requerimiento (Figueras, 2012) dieron
un signo de imposición transcultural de
valores y costumbres echando, en
300 años, al traste la milenaria riqueza cultural autóctona reflejando que no
hubo sincretismo cultural sino destrucción de los valores autóctonos; hoy
persisten, a pesar del exterminio cultural ejercitado, rasgos de nuestra cultura y folklore
representados por patrimonios inmateriales ancestrales legados de nuestros
antepasados indígenas que reafirman la identidad Paraguanera como la alfarería
representada por múcuras, vasijas,
ollas, vasos, budares y figuras de barro
de Miraca, las sillas tejidas de Moruy, los elementos aborígenes de la
culinaria o recursos gastronómicos de
origen autóctono (arepa pelada, chivo, mazamorra, entreverao de chivo, pira
fresca, pan de pobre, consumo de iguana, chicharrón y manteca de saruro, tortolita asada, licor de maíz,
chanfaina o asadura de chivo, ubre de cabra, entre otros).
La
presencia actual de la arquitectura colonial representada por las iglesias de Pueblo
Nuevo, Santa Ana, Moruy, Buena Vista y Jadacaquiva, entre otras y las casonas de
gruesas paredes son reflejos silenciosos pero activos del pasado colonial, del
traslado de las instituciones, manifestaciones artísticas, costumbres y hábitos
de los españoles a nuestra tierra que
condujeron a la incorporación de sus expresiones culturales al acervo
histórico, social y cultural
peninsular.
Es
de singular significación el pacto de coexistencia o concertación pacífica
sellado entre el Dioa Manaure, en representación de raza indígena y Juan Martin
de Ampíes o de Ampúes, representante de la corona española, hecho que marca diferencia con las relaciones
de hostilidad entre los invasores españoles y los nativos indígenas en el
periodo de la colonia en el resto del territorio así como la constante
fidelidad demostrada durante todo el periodo colonial por parte de los “guatiaos”
(Arrais,2013) indígenas caquetios, y toda la población
provincial, a la corona española hasta el proceso independentista constituyéndose la provincia de Coro en un
ardiente foco protector y bastión realista tal como lo señala Lovera (2011), las relaciones armoniosas fueron base de la
convivencia entre indígenas, mestizos y blancos en el periodo colonial en estos
espacio, así lo reflejan elocuentemente los
versos de Juan de Castellanos en Elegías de Varones Ilustres de Indias (1589) por
medio de los cuales se manifiesta la identidad de la dirigencia indígena y los
adelantados españoles:
Estos trajeron al
cristiano bando
al indio que Manaure
se llamaba
el cual sobre
caciques tuvo mando
y toda la comarca
subyectaba
fue Manaure varón de
gran momento
de claro y sagaz
entendimiento
tuvo con españoles
obras blandas
palabras bien medidas
y ordenadas
en todas sus
conquistas y demandas
temblaban de las
gentes alteradas,
haciase llevar en
unas andas
con chapas de oro bien aderezadas,
y el amistad y paz
después de hecha
la tuvo con
cristianos muy estrecha
nunca vido virtud que
no loase,
ni pecado que no lo
corrigiese
jamás palabra dio que
la quebrase
ni cosa prometió que
no cumpliese
Ampies viendo persona
tan urbana,
En medio de tan rudo
barbarismo
Diole noticia de la
fe cristiana
Siendo bien instruido
por el mismo;
Y después recibió de
buena gana
El agua del santísimo
bautismo;
Llamole don Martin y
después desto
Baptizo de su casa
todo el resto.
Fue siempre del
Ampies amigo caro
Satisfaciendo bien
sus voluntades,
De todos elementisimo
reparo
Y socorro de sus
necesidades
No supo de sus bienes
ser avaro,
Ni maculo jamás las
amistades
Fue fiel en palabras
y en el hecho
Y libre de maldad
siempre en su pecho.
En
consecuencia, con esta fidelidad realista ante el proceso independentista en Paraguaná y
en Coro se arma un sólido y fiel apoyo a
la corona española tanto de parte de
españoles residentes como mestizos e indígenas reacios al proceso
independentista de Venezuela, pero se gesta también la consolidación de un
sector independentista, formado por grupos de
de origen racial heterogéneo,
dirigidos por una valiente mujer Paraguanera: Josefa Camejo, quienes declaran su adhesión a la independencia en
Pueblo Nuevo de Paraguaná, acción trascendental que represento un significativo
pronunciamiento desde esta provincia
tradicionalmente favorable al reino de España, a escasos días de la Batalla de Carabobo y en
la cual no participó la dirigencia local de los blancos criollos representados
en el cabildo, como en otras regiones, sino que fue la iniciativa de esta
extraordinaria patriota nativa del fundo Aguaque de Curaidebo, quien el 03 de mayo de 1921 luego de derrotar al jefe
realista Chepito González en Baraived, leyó en
Pueblo Nuevo el manifiesto que declaraba libre a la Provincia de Coro y en el
que se juraba fidelidad a la republica,
posteriormente, toma la capital de la provincia, hizo preso al gobernador realista y despeja el camino para que el General Rafael Urdaneta entre a la
ciudad ya ganada a la causa independentista.
Seria
impertinente negar un hecho histórico consumado, nuestro origen racial es producto
de la integración etnica, es decir el mestizaje, ya lo advierte el Libertador
en el Discurso de Angostura el 15 de
febrero de 1819 cuando señala:
No
somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y
los españoles... Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo... que
más bien es un compuesto de África y América que una emanación de Europa; pues
que hasta España misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus
instituciones y por su carácter. Es imposible asignar con propiedad a qué
familia humana pertenecemos... el europeo se ha mezclado con el americano y con
el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos
del seno de una misma madre, nuestros padres difieren en origen y en sangre...
En consecuencia por nuestras venas corre sangre indígena,
negra y europea y de allí la necesidad la superación de las visiones
racistas y etnocentristas -desde cualquier lado que se planteen- y buscar
instrumentos de solución de los problemas contemporáneos que por el contrario
favorezcan una actitud tolerante, respetuosa y abierta hacia las alteridades
culturales, el pasado, raíz del presente, ya es historia
consumada, el presente se encuentra en pleno desarrollo y el porvenir lo
estamos construyendo, tenemos los instrumentos
legales representados en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela
la cual contempla en su preámbulo el establecimiento de una sociedad multiétnica y pluricultural,
tenemos nuestros guías espirituales e ideológicos: el Libertador Simón Bolívar
y el comandante eterno Hugo Chávez y tenemos un pueblo con clara
conciencia de que el futuro lo ha de construir
el mismo con su fuerza creadora y así decimos con Aquiles Nazoa: “Creo en los
poderes creadores del pueblo”. En este tenor es oportuno citar al poeta español
Esteves
Alcolea en su poema: “llamados a vivir juntos”:
No
importa si eres chico o chica,
si
eres negro o blanco,
si
entiendes bien mi lengua
y
yo la tuya.
No
importa de dónde vienes,
o
dónde has nacido.
No
importa si tus padres
Vivían
aquí.
No
importa si tenemos
Creencias
diferentes.
Nada
de eso importa.
Porque
de las diferencias
no
haremos discriminaciones.
Porque
las diferencias
nos
enriquecen.
Porque
estamos llamados
a
vivir juntos.
Y
vamos a entendernos.
Trae
acá esa mano.
Nos
entenderemos.
Hoy abogamos por la consolidación del 9 de agosto como el día del
nacimiento de la Paraguaná actual, con
tolerancia, respeto y reconocimiento a la diversidad, a la autodeterminación o
potestad de los pueblos de labrar su futuro, la soberanía nacional en un mundo
multicéntrico, lejos de las imposiciones imperiales genocidas y subyugantes de
Estados Unidos que se propone la recolonización de nuestra América Latina
espacio en el que ondean las banderas de la libertad.
En este contexto el gobierno y el pueblo de Venezuela rechazamos y
condenamos enérgicamente la acción
genocida de Israel y EEUU, en su afán por el poder geopolítico, contra el
desarmado y confinado pueblo Palestino en Gaza con el que nos solidarizamos. A
pesar de los sofisticados armamentos de última tecnología que utilizan para
diezmar al indefenso pueblo Palestino lo que demuestran son signos de
incivilización en su avidez de segregación y dominación, por eso decimos con Jimi
Hendrix: cuando el poder del amor supere al amor por
el poder el mundo conocerá la paz.
Para culminar, reitero mi profundo agradecimiento al Ilustre
Consejo Municipal del Municipio Falcón primeramente al designarme junto a mi
esposa miembros de su Comisión de patrimonio e Historia del municipio como
educadores especializados en el área, al alcalde Freddy Romero y al Bravo pueblo del municipio
Falcón; agradezco también la invitación a este acto que significa y significará
en el futuro, de alguna manera, la reivindicación de la condición del municipio
Falcón de fidedigno paradigma que marca pauta en la preservación del patrimonio histórico –
cultural de la península y su unidad geopolítica y geoeconómica.
Éxitos en su gestión por el futuro del municipio y de la patria.
REFERENCIAS
- Acasio, E. (2013). Piedras Parlantes de Siraba. Paraguaná.
- Arrais, R. (Octubre, 13, 2013). Juan de Ampíes: el conquistador pacífico. El Nacional. Papel Literario [Documento en línea]. Disponible http://www.el-nacional.com/papel_literario/Juan-Ampies-conquistador-pacifico_0_280772026.html. [Consulta: agosto, 7, 2014].
- Bolívar, S. (1819). Oración Inaugural del Congreso de Angostura. Biblioteca Ayacucho: Doctrina del Libertador (1985).
- Campos, A. (2010). PUERTO CRISTOBAL COLÓN "TIERRA DE GRACIA" MACURO “PUEBLO OLVIDADO” [Documento en línea]. Disponible: http://alijcampos.blogspot.com/2010/07/puerto-cristobal-colon-tierra-de-gracia.html. [Consulta: agosto, 6, 2014].
- Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela (1999). Imprenta Nacional Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela (N° 5908). (Extraordinario: con enmienda, febrero19, 2009).
- Figuera, E. (2012). LAS CONTRADICCIONES DE LA CONQUISTA ESPAÑOLA EN AMÉRICA: EL REQUERIMIENTO Y LA EVANGELIZACIÓN EN CASTILLA DEL ORO. [Documento en línea]. Disponible: Owww.americanistas.es/biblo/textos/c12/c12-061.pdf. [Consulta: agosto 6, 2014]
- Galeano, E. (2000). Las venas abiertas de América Latina. Madrid: Siglo XXI Editores.
- González B. Carlos (1984). Historia de Paraguaná. (1499 – 1950). Caracas. Edit. Venezolana
- González, M. (2013). Animas de Hambre, huellas de una tragedia.
- Hernández, A. (1984). Los Caquetios de Falcón. Incudef
- Junta de Castilla y Leon. Artehistoria. Las Capitulaciones de Santa fe y sus preparativos. [Documento en línea]. Disponible: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/1493.htm.[Consulta: agosto, 6, 2014].
- Lovera R. E. (2011). El Fidelismo de los indios Caquetios de Coro durante la Independencia de Venezuela. [Documento en Línea]. Disponible: www.scielo.org.ve/pdf/te/v21n56/art01.pdf . [Consulta: agosto, 6, 2014].
- Méndez, N. Entrevista personal: costumbres culinarias indígenas de Paraguaná. Agosto, 07, 2 014.
- Morón, C. (2007). Escrito en la roca: correspondencia entre los petroglifos y las vanguardias artísticas del siglo XX. [Documento en línea]. Disponible: tesis.ula.ve/pregrado/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=2409 [Consulta: agosto, 6, 2014].
- Navascues, A. y López, D. (1997). Historia de la Península de Paraguaná [Documento en Línea]. Disponible:. http://www.une.edu.ve/paraguana/historia.htm. . [Consulta: agosto, 7, 2014].
- Pérez, M. (2006). Las Comunidades Indígenas en el Derecho a la Propiedad Colectiva de las Tierras dentro del Ordenamiento Jurídico Venezolano. Expediente Nº B-24. San Joaquín de Turmero, Venezuela: Trabajo Especial de Grado para optar al Título de Abogado. Universidad Bicentenaria de Aragua. [Documento en línea]. Disponible: http://www.monografias.com/trabajos65/propiedad-colectiva-venezuela/propiedad-colectiva-venezuela4.shtml [Consulta: agosto, 6, 2014].