jueves, 2 de agosto de 2012

DOCUMENTOS DE LA GUERRA FEDERAL: Car­ta del Mariscal Juan Crisóstomo Fal­cón para el General en Jefe José del Rosario González


General José del Rosario González


Barquisimeto, Abril 30 de 1.863.

Ciudadano General José González. Coro.-
 Estimado González:
He recibido su apreciable carta que me entregó Gil la que me apresuro a contestar.
Todo lo que ella contiene es de ca­rácter muy grave; empezaremos, pues, hablando de Maracaibo. No hay, nece­sidad de mandar refuerzo de ninguna especie para aquel Estado: para hacer la guarnición de él con las Fuerzas que llevó Ermenegildo y el reclutamiento que se hizo en Casicure es sobrado.
No tienen que pelear con nadie, pues­to que ya las provincias de la Cordille­ra están pronunciadas, al menos tene­mos constancia de estarlo Trujillo y Mérida, muy distante, pues de pensar yo en enviar tropas ahí, he dado orden para que los seiscientos hombres que se encuentran en Trujillo vengan a incorporarse al ejército: de todo lo dicho deducirá usted la inconveniencia de pensar en reforzar a Maracaibo en es­tos momentos en que el Centro absorbe nuestra atención y en que la verda­dera cuestión está en el Centro.
Es probable que cuando ésta carta llegue a sus manos esté ahí Faustino, (General Faustino Pulgar Valles) y que usted se pondrá en marcha inmediata­mente para acá, pues lo necesito. La segunda División debe estar ya mar­chando indudablemente para ésta, pues fue la primera que he llamado y han ido repetidas órdenes sobre lo mismo.
Faustino debe quedar con plena liber­tad de obrar en el territorio del Esta­do, aumentar o disminuir su fuerza se­gún las circunstancias, situarlas donde convenga etc. etc. Yo he dejado a dis­creción de usted el número de estas, las que serán tomadas de la Ira. y 3ra. División.
Ud. sabe que siempre oigo sus indi­caciones con deferencia y que las aco­jo casi siempre, pero regularmente, son razonables. Creo que usted tiene razón en el asunto de los cueros, no obstan­te hubiera hecho mejorar para no esta­blecer malos antecedentes, que se hu­biera limitado a hacerme desde allá la indicación que yo la hubiera acogido como acostumbro y derogando la dis­posición, pero hubiera dejado cumplir el Decreto por lo presente pero en fin, usted lo ha hecho y yo no puedo ha­cerlo quedar mal; vá pues lo necesario sobre el particular; vá también una dis­posición sobre los productos de las Aduanas y los nombramientos de Ad­ministrador e interventor de la de Co­ro: para Cumarebo podrá ir Navarrete, pues mientras existan bloqueos no pueden dejar de existir abiertas para el comercio extranjero esas vías de co­municación.



Autorizó a Ochoa para que nombre los de Adícora y Zazárida, puesyo notengopresentes quienes puedan ser y quiero acertar en todo: además he creído conveniente fijar suel­do a los miembros del Gobierno pro­visorio como se ha hecho ya en todas partes. Regularmente, todo está imper­fecto, cuando se está empezando a organizar, solo Dios puede hacer na­cer de la confusión y del caos el uni­verso, nosotros debemos ir con calma, buscando siempre el acierto, rectifican­do los errores y obrando siempre con cordura y reflexión; pensar que todo los aprueben sería un absurdo. Si te­nemos la dicha de acertar, nuestras medidas por patrióticas y razonables que sean, serán censuradas por aque­llos cuyas pretensiones no quedan bien aseguradas.

Lo que importa por ahora sobre ma­nera es aniquilar las últimas resistencias del Centro. Esto es seguro, Dios prime­ro, si obramos con actividad y decisión. La venida de las fuerzas de Coro es de un interés vital y no debe demorarse ni un minuto, así es que si por des­gracia no ha salido la segunda División, la hará marchar en el acto; de la pri­mera tráigase la fuerza que usted crea conveniente dejando allí lo necesario a Faustino. Si todas mis órdenes son' cumplidas para la reconcentración del ejército, no bajarán de siete mil hom­bres, los que llegarán con nosotros a las orillas de Valencia.
Aunque usted oiga hablar de confe­rencias y tratados con Guzmán y de­más ,no se detenga por nada, marche siempre como sino hubiera oído decir cosa alguna y haga marchar a todo el mundo; si por desgracia usted se en­fermase, hágase poner en una hamaca y véngase.

Después de mi Decreto del 8 del co­rriente usted comprenderá que he que­mado mis naves, que no tenga más retirada ni debo ver para atrás ya aho­ra tampoco; no son tiempos de trata­dos y éstos no serán sino una nueva asechanza para extraviar la opinión y engañarla como ha sucedido de 1.858 acá. Sin embargo, déjeles usted y noso­tros obremos como si no existiera tal cosa, por fortuna para todo se nece­sita mi aprobación. No se si se me ha olvidado algo no me cansaré de decir­le véngase, véngase, véngase; que ven­ga la 2da. División, que venga Colina, mientras más sólidos nos presentemos más segura es la paz. Su amigo, (Fdo.)
Juan C. Falcón


Mariscal Juán Crisóstomo Falcón Zavarce.



Recopilado por Virgilio Arteaga Hernández
Revista "Paraguaná", Noviembre, 1970.