General José del Rosario González
Barquisimeto, Abril 30 de 1.863.
Ciudadano General José González.
Coro.-
He recibido su apreciable carta que me
entregó Gil la que me apresuro a contestar.
Todo lo que ella contiene es de carácter
muy grave; empezaremos, pues, hablando de Maracaibo. No hay, necesidad de
mandar refuerzo de ninguna especie para aquel Estado: para hacer la guarnición
de él con las Fuerzas que llevó Ermenegildo y el reclutamiento que se hizo en
Casicure es sobrado.
No tienen que pelear con nadie, puesto
que ya las provincias de la Cordillera están pronunciadas, al menos tenemos
constancia de estarlo Trujillo y Mérida, muy distante, pues de pensar yo en
enviar tropas ahí, he dado orden para que los seiscientos hombres que se encuentran
en Trujillo vengan a incorporarse al ejército: de todo lo dicho deducirá usted
la inconveniencia de pensar en reforzar a Maracaibo en estos momentos en que
el Centro absorbe nuestra atención y en que la verdadera cuestión está en el
Centro.
Es probable que cuando
ésta carta llegue a sus manos esté ahí Faustino, (General Faustino Pulgar
Valles) y que usted se pondrá en marcha inmediatamente para acá, pues lo
necesito. La segunda División debe estar ya marchando indudablemente para
ésta, pues fue la primera que he llamado y han ido repetidas órdenes sobre lo
mismo.
Faustino debe quedar
con plena libertad de obrar en el territorio del Estado, aumentar o disminuir
su fuerza según las circunstancias, situarlas donde convenga etc. etc. Yo he dejado
a discreción de usted el número de estas, las que serán tomadas de la Ira. y
3ra. División.
Ud. sabe que siempre oigo sus indicaciones con deferencia y que las
acojo casi siempre, pero regularmente, son razonables. Creo que usted tiene
razón en el asunto de los cueros, no obstante hubiera hecho mejorar para no
establecer malos antecedentes, que se hubiera limitado a hacerme desde allá
la indicación que yo la hubiera acogido como acostumbro y derogando la disposición,
pero hubiera dejado cumplir el Decreto por lo presente pero en fin, usted lo ha
hecho y yo no puedo hacerlo quedar mal; vá pues lo necesario sobre el
particular; vá también una disposición sobre los productos de las Aduanas y
los nombramientos de Administrador e interventor de la de Coro: para Cumarebo
podrá ir Navarrete, pues mientras existan bloqueos no pueden dejar de existir
abiertas para el comercio extranjero esas vías de comunicación.
Autorizó a Ochoa para que nombre los de Adícora y
Zazárida, puesyo notengopresentes quienes
puedan ser y quiero acertar en todo: además he creído conveniente fijar sueldo
a los miembros del Gobierno provisorio como se ha hecho ya en todas partes.
Regularmente, todo está imperfecto, cuando se está empezando a organizar, solo
Dios puede hacer nacer de la confusión y del caos el universo, nosotros
debemos ir con calma, buscando siempre el acierto, rectificando los errores y
obrando siempre con cordura y reflexión; pensar que todo los aprueben sería un
absurdo. Si tenemos la dicha de acertar, nuestras medidas por patrióticas y
razonables que sean, serán censuradas por aquellos cuyas pretensiones no
quedan bien aseguradas.
Lo que importa por ahora sobre manera es
aniquilar las últimas resistencias del Centro. Esto es seguro, Dios primero,
si obramos con actividad y decisión. La venida de las fuerzas de Coro es de un
interés vital y no debe demorarse ni un minuto, así es que si por desgracia no
ha salido la segunda División, la hará marchar en el acto; de la primera
tráigase la fuerza que usted crea conveniente dejando allí lo necesario a
Faustino. Si todas mis órdenes son' cumplidas para la reconcentración del
ejército, no bajarán de siete mil hombres, los que llegarán con nosotros a las
orillas de Valencia.
Aunque usted oiga hablar de conferencias
y tratados con Guzmán y demás ,no se detenga por nada, marche siempre como
sino hubiera oído decir cosa alguna y haga marchar a todo el mundo; si por
desgracia usted se enfermase, hágase poner en una hamaca y véngase.
Después de mi Decreto
del 8 del corriente usted comprenderá que he quemado mis naves, que no tenga
más retirada ni debo ver para atrás ya ahora tampoco; no son tiempos de tratados
y éstos no serán sino una nueva asechanza para extraviar la opinión y engañarla
como ha sucedido de 1.858 acá. Sin embargo, déjeles usted y nosotros obremos
como si no existiera tal cosa, por fortuna para todo se necesita mi
aprobación. No se si se me ha olvidado algo no me cansaré de decirle véngase,
véngase, véngase; que venga la 2da. División, que venga Colina, mientras más
sólidos nos presentemos más segura es la paz. Su amigo, (Fdo.)
Juan C. Falcón
Mariscal Juán Crisóstomo Falcón Zavarce.
Recopilado por Virgilio Arteaga Hernández
Revista "Paraguaná", Noviembre, 1970.